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MANABÍ
Discapacidad no limita acciones
Pablo Martínez, explica las clases a Erwin Montes y Jesús Solórzano

No existe un programa físicamente conformado en Manabí para la integración de estudiantes con discapacidad en los centros educativos de la provincia.

Miércoles 07 Noviembre 2007 | 20:44

Pero la Ley de Discapacidades determina garantizar el acceso a la igualdad de condiciones para todos los estudiantes, dice Pablo Martínez, maestro de la braille en la rama de matemáticas en el Instituto de Integración que regenta la Fundación Santa Lucía de Portoviejo y tutor de varios estudiantes en otros planteles de la localidad. “Considero que la discapacidad es sólo un factor que no tiene porque convertirse en una barrera o limitación para lo que uno se propone. Es verdad que para integrar a una persona no vidente, sordomuda o con alguna otra deficiencia física, es necesario trabajar primeramente en la parte sicológica para que llegue a comprender que lo que le pasa, puede sucederle a cualquiera”, dice Martínez, al tiempo de indicar que el comienzo es lo único que cuesta, el resto dice, es sólo cuestión de disciplina, tiempo y dedicación. Pocos La incorporación a la educación de personas con discapacidad se convierte en la meta. En Manabí hay alrededor de 20 personas no videntes -de Portoviejo, Jipijapa y de la parroquia Crucita- que están en el proceso “es un número reducido, pero creo que es una paso para lograr que a futuro se puedan integrar a la vida laboral en pleno conocimiento de sus habilidades y destrezas”, dice. La población discapacitada infantil y juvenil necesita apoyo que le permita desarrollar sus actividades. La carencia de atención provoca, sobre todo, riesgos de exclusión social y, por ende, desajustes psico sociales, problemas de desintegración familiar, situaciones de analfabetismo, desempleo y, en numerosos casos, mendicidad, eso debemos tratar de erradicarlo sostiene Martínez, al tiempo de explicar que ya existe conciencia y predisposición de apoyo en algunos planteles educativos de acoger a estos estudiantes para que puedan integrarse, aunque subrayó que faltan maestros que los ayuden a tener una real formación académica. Problema de todos Galo Cedeño, profesor de dibujo en braille de los niños y jóvenes de baja visión o no videntes de la Fundación Oswaldo Loor, dice que es necesario crear ambientes adecuados en las instituciones educativas para brindarles clases a las personas con discapacidad. “Yo no tengo ninguna discapacidad pero aprendí la técnica y sigo aprendiendo la parte humana con Pablo y me parece que hay seres humanos increíbles como él, que pronto será un abogado de la república y nada ha sido un obstáculo para lograr lo que se ha propuesto”, señala. “Nosotros ahora actuamos como tutores de varios estudiantes. Ayudamos a su integración escolar, colegial y universitaria. Lo hacemos en los establecimientos educativos y en sus propias casas cuando es necesario”, afirma.
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