Pero el uso inadecuado de estos instrumentos puede llevar consigo a verdaderos dramas, en los que la muerte está presente. Las estadísticas presentadas por las autoridades de tránsito señalan que cada día aumentan los accidentes porque los conductores están más pendientes de su teléfono móvil que de lo que sucede en las vías. Las campañas de educación vial deben tomar apunte de las innovaciones tecnológicas y limitar al máximo su utilización cuando se conduce, ya que se pone en riesgo la vida de quien está frente a un vehículo, de sus acompañantes y de los demás. En las escuelas el teléfono móvil se utiliza para portar pornografía y juegos inadecuados para niños y jóvenes, al punto que varios establecimientos educativos en la provincia, especialmente los privados, han prohibido terminantemente su uso en horas laborables y de manera especial en los tiempos de recreación. El MP3 es otro instrumento que se lleva a los centros educativos, lo que puede distraer a los estudiantes de sus obligaciones diarias y, sobre todo, llevarlos a ser consumidores de material nocivo para su salud mental. Sería un absurdo negar la utilidad de estos aparatos, pero con los casos anotados podemos señalar también que el consumo de tecnología puede generar problemas, como sucede con los celulares y MP3. La prohibición del uso de éstos cuando se conduce un vehículo y en los centros educativos merece un estudio inmediato y a fondo, para ponerla en práctica de forma urgente. Así se salvarán vidas y se optimizará la labor educativa.