Miles de personas coparon los cementerios ayer. El Día de los Fieles Difuntos se recordó con nostalgia, música, sonrisas forzadas y copas de licor. La jornada estuvo matizada por las reuniones familiares alrededor de las tumbas de sus seres queridos. Fue la oportunidad para rememorar momentos gratos y para intentar hallar consuelo al vacío que dejaron aquellos que ya no están más, a quienes un día se fueron sin decir adiós.