Las familias de la ciudadela Santha Martha y sus alrededores, en el populoso sector Los Perales de San Vicente, prácticamente viven y realizan sus actividades sobre las aguas negras. Han pasado meses y no se soluciona el daño en las bombas que deberían impulsar las aguas servidas hasta la laguna de tratamiento, denunciaron los concejales Mariana Vera y Jorge Intriago. Al no poder ser trasvasadas a la laguna de tratamiento por el daño en las bombas, las aguas negras llegan por gravedad desde una colina cercana, pasan por los patios de las casa, y han formado una laguna junto a la escuela del sector. Luego el río de aguas servidas continúa entre las casas hasta desembocar en las aguas del estuario, que a la vez une y separa a San Vicente con Bahía de Caráquez. Consecuencias El médico Leonel Kuonquí advierte que lo más grave de la contaminación con heces fecales es que ataca a los más pequeños y existe el riesgo de que se convierta en una infección masiva o epidémica. Según el médico, la contaminación es directa “fecal-oral”, no sólo porque afecta la salud de quienes se bañan en el estuario, sino porque permite la proliferación de moscas y del mosquito del paludismo. Kuonquí recordó que las heces fecales, además de contener múltiples bacterias y virus, también producen sustancias tóxicas y pueden ser medio de transmisión de enfermedades. En San Vicente, las enfermedades que aquejan a la población infantil son la gastroenteritis y otras de origen viral. En el caso de la ciudadela Santa Martha, los menores son más vulnerables debido a los niveles de desnutrición, sostuvo Kuonquí.