Ante esta crisis mundial, el sector turismo sufre afectaciones directas e indirectas, las directas por la cancelación de viajes, cierre de fronteras, prohibiciones de venta de paquetes turísticos, cierre de espacio aéreo, entre otras. Y por otro lado, lo que parece afectar con mayor fuerza al quehacer turístico, es el efecto mediático de los medios de comunicación y las redes sociales, en estas últimas suelen compartirse noticias falsas, al punto de causar pánico en grandes segmentos del mercado turístico global. 

Al respecto de la epidemia por el brote del virus, la Organización Mundial de Turismo (OMT) ha manifestado que “en momentos de crisis, el turismo ha sabido asumir su responsabilidad como parte integral de la sociedad y es consciente de que las personas y su bienestar han de ser su máxima prioridad”. En ese sentido, la cooperación del sector turístico será vital para detener la propagación del virus y limitar su incidencia en las personas y las comunidades. 

En el contexto ecuatoriano, es preciso tener en cuenta que el mercado turístico asiático tiene gran importancia para el país, cifras del MINTUR exponen que en el año 2019 a Ecuador arribaron 16.504 ciudadanos de nacionalidad china, 4.589 japoneses y 3.820 coreanos, por lo que es conveniente, de ser el caso, reprogramar viajes a estos destinos y tomar las medidas cautelares necesarias para evitar un posible contagio. 

Aunque parezca drástico, las empresas del sector turístico ecuatoriano deben estar listas para las medidas que el Estado disponga, incluso si afectan la economía del sector. En la prensa internacional se ha dicho que una posible cura para la epidemia estaría lista en aproximadamente un año y medio, por lo que no es descabellado pensar que la afectación por el virus llegue al país, ante tal situación, el estado junto a los ministerios pertinentes deberán tomar medidas como las que se mencionaron en párrafos anteriores para salvaguardar el bienestar colectivo.