La presencia del virus en Corea del Sur, Italia, México, Brasil, Canadá, Suecia, Irán, EE.UU.  -estamos hablando de Asia, América y Europa-, en tan poco tiempo, ha activado las alarmas en el orbe y no solo en la salud, el comercio, cierre de fronteras, en lo social. Incluso, como han transmitido los medios, en China, Wuhan concretamente, el gobierno está utilizando medidas violentas y brutales para someter a aquellos individuos que presentan síntomas y no quieren ser tratados.

¿Y cómo esta epidemia afecta al comercio mundial? China es el mayor consumidor del mundo de combustible fósil, comida (desde crustáceos y pescado hasta manteca), minerales preciosos, materias primas como cacao, etc. Así mismo, es el mayor productor de vehículos, tecnología, aparatos como computadoras, teléfonos y juguetes, telas (no olvidemos el famoso dacrón chino), electrodomésticos, televisores etc. También es el mayor contaminador del planeta.

En Ecuador, en un dato de prensa de hace pocos días, el presidente de los camaroneros decía que el mayor cliente de ese producto es China, y como suele suceder, estaban con sus existencias en frigoríficos al tope. Como la aparición de esa enfermedad fue tan rápida, a pesar de que los supermercados están desabastecidos, no tuvieron tiempo de buscar alternativas para colocar el producto. El precio había disminuido en 40 centavos de dólar, trayendo de fuerte afectación en la cadena productiva. Lo mismo con el pescado y otros comestibles.

En lo deportivo, por prevención a la enfermedad, en Italia se jugarán partidos de la Liga profesional sin público. Corea del Sur también aplazó la inauguración de su liga de fútbol. La industria de la moda en Milán fue realizada sin público y con periodistas a la distancia y compradores tras muros. En España también hay juegos futboleros sin espectadores. Además, hay bloqueos de transporte de turistas, tanto en avión como en trasatlánticos, cierre de fronteras en Estados Unidos y Rusia a todas las personas que lleguen de China.  Hay temor en salir a las calles, especialmente en ciertas naciones de Asia y Europa.

La economía se ha globalizado tanto que los índices bursátiles en la bolsas de valores del mundo entero se han desplomado por la incertidumbre de la enfermedad que se ha generado en un país que, aunque lejano, está vinculado por su poder comercial con todo el mundo.