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Franklin Izurieta Vásconez
Los abogados merecemos respeto

Recuperar lo que se pierde no es fácil y, a veces, resulta imposible. Nada es más difícil que recuperar el respeto.

Jueves 20 Febrero 2020 | 04:00

 Recuperar lo que se pierde no es fácil y, a veces, resulta imposible. Nada es más difícil que recuperar el respeto.

Los Abogados ecuatorianos y en particular los manabitas hemos visto disminuido nuestro prestigio en los últimos años; quizá -entre otras causas- por el exceso de abogados con tal disímiles comportamientos morales. 
La desconfianza, los calificativos peyorativos, las comparaciones absurdas y, hasta las chanzas inmerecidas y casi siempre inoportunas, se originan en la deshonesta actitud de unos pocos, que no son dignos de tan noble actividad, y que indudablemente ha afectado a toda una clase profesional.
Si uno de los objetivos supremos del ser humano es la libertad, el fin fundamental de la abogacía es la justicia. Por eso desde las civilizaciones más antiguas al abogado se lo identifica con la verdad y la rectitud y, obviamente, con la defensa de las personas y la protección de los derechos.
Mas cabe relievar que el título no es suficiente. Ni hace de todo abogado un buen ciudadano, ni de todo abogado un jurista. El maestro Ángel Ossorio manifestaba que la abogacía no es una consagración académica, sino tan solo una concreción profesional; y, el profesor José León Barandiarán decía que el título de abogado no es por sí solo un dato presuntivo de capacidad e integridad.
Hay mucho por hacer para recuperar el prestigio que corresponde a nuestra clase. Comencemos por rescatar del olvido la trayectoria pública de numerosos abogados manabitas (y de otros ecuatorianos afincados en nuestra provincia), que fueron ejemplo de conocimientos jurídicos e integridad ética; como la del Dr. Ignacio Hidalgo Villavicencio (fallecido hace pocos meses) y del Dr. Jacinto González Vintimilla (fallecido hace muy pocos días).
Recuperar el respeto que merecemos debe ser la consigna de los abogados en este nuevo año. La Provincia necesita Jueces, Fiscales, Abogados en libre ejercicio profesional, que - parafraseando a Martin Lutter King- “no estén enamorados del dinero, sino de la justicia”; y que en todo momento privilegien el servicio a la comunidad.
Que todos los abogados procuremos ser juristas, jurisperitos, jurisconsultos. Que interpretando y/o aplicando las leyes, recordemos que por sobre la ley está la justicia; y, que ésta -la justicia- no consiste solamente en darle a cada cual lo que le corresponde, sino además, el reconocer que lo merece.
Ojalá en este año, el año veinte veinte (2020) la comunidad otorgue las mejores calificaciones a nuestro gremio.
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