Práctica creada por el anterior gobierno, para distraer al pueblo y mediante abundante verborrea, hacerle creer que todo estaba bien.
Acaso no “rindieron cuentas”, el exvicepresidente que está detenido, exministros, exasambleístas, (no merecen que los escriba con mayúsculas) y más funcionarios de mayor o menor jerarquía, que hoy son prófugos de la justicia unos, otros están exiliados en algún país del mundo, algunos convirtiendo a México en un Alcatraz; y muchos enfrentando juicios por peculado, con órdenes de arraigo, con grilletes, etc.
Todos estos presuntos delincuentes (digo delincuentes porque el que delinque va a la cárcel o es prófugo de la justicia, al haber cometido un delito), armaban, organizaban “la rendición de cuentas”, llevando a los empleados de la Institución a la que pertenecían, bajo amenaza de ser sancionados si no concurrían, dejaban abandonadas las oficinas con el consiguiente perjuicio para quien requería algún trámite o información en esa institución.
Igualmente asistían los contratistas que habían obtenido la construcción de alguna obra, con la supuesta colaboración económica, llevando también a sus colaboradores, quienes aplaudían sin parar, gritando vivas, haciendo méritos para “ganar” un nuevo contrato, contribuyendo con el reparto del respectivo refrigerio y algunas veces con música y artistas incluidos.
El funcionario que rendía cuentas, manifestaba que todo estaba bien, nunca declaró que le habían ofrecido coimas, sostenía que las obras estaban dentro de los plazos establecidos, que tanto constructores como fiscalizadores habían cumplido a cabalidad, todo era una maravilla, maravilla que hoy se estrella con las decenas de juicios se tramitan en Fiscalías y Juzgados, con la consiguiente pérdida de tiempo, de estos funcionarios, que de no haber ocurrido la corruptela campeante, tanto Jueces como Fiscales, secretarios etc., se dedicarían a despachar causas represadas, que angustian a los usuarios, por el exceso de tiempo sin sentencia.
Por lo expuesto, la rendición de cuentas que en definitiva es una tomadura de pelos a la ciudadanía, debe desaparecer. Hago esta sugerencia, para que los actuales Asambleístas, tomen cartas en este asunto y eliminen esta rendición de cuentas, que constituye también un gasto al País y pérdida de tiempo, para funcionarios y empleados.