a Asamblea Nacional debería pronunciarse por la conservación de las circunscripciones electorales, que son una forma de desconcentración en el proceso de designación de las autoridades y los representantes de la población.

Para algunos sectores políticos, mantener la distribución por distritos en las tres provincias con mayor votación del país es una forma de mantener la hegemonía de determinadas organizaciones. Pero, desde la otra orilla, es, también, un mecanismo para que se mantenga la igualdad al escoger las dignidades de elección popular. De esta forma, más sectores tienen la posibilidad de estar representados en las instituciones.

A escala nacional, las provincias de Manabí, Guayas y Pichincha están repartidas en distritos, al igual que los cantones manabitas Portoviejo y Manta.

Si bien el Presidente de la República vetó el artículo de las reformas al Código de la Democracia que mantiene la repartición del electorado en distritos, ha manifestado su predisposición a aceptar el pronunciamiento de la Asamblea en este sentido.

Muy aparte de cálculos de carácter político, esta es una forma de desconcentrar la designación de autoridades, para que no siempre se designe a candidatos de las capitales provinciales y cabeceras cantonales.

Eliminarlas sería un retroceso.