comunicado.  En aquel momento, la pareja comunicó que se trató de una decisión de “mutuo acuerdo” y que “la distancia no superó los problemas que ya venían enfrentando”.

Gabriel ahora admitió que es “mujeriego” y que no pudo cumplir el compromiso que adquirió al casarse con la actriz venezolana. 

“Yo traté de decirle ‘oye, mira yo tengo estos problemas, así como hay gente que nace con inclinaciones de gusto por el mismo sexo, así como hay gente que nace con muchas ideas, a mí me gustan mucho las muchachas, siempre me han gustado mucho’. Traté de explicárselo y decirle ‘bueno, a lo mejor no sé si te pueda prometer fidelidad’ y ella me decía ‘no, estás confundido, tarde o temprano lo vas a lograr’. No lo logré. Sí engañé a Sonya, por eso nos divorciamos, porque yo cometí el error y nos divorciamos”, declaró el intérprete de 51 años.

El actor, sin embargo, aclaró que la rubia nunca le faltó el respeto, pese a que sabía de sus ‘canitas al aire’, por lo que él aún le guarda una gran admiración como mujer y artista. 

“Sonya es demasiado pacífica, es un ángel, o sea es un buen ser humano. Tendrá sus defectos, pero es una mujer muy comprensiva, no pelea, jamás agarró mi teléfono, jamás se metió en mis cuentas de nada… Una persona muy respetuosa”, compartió. 

Cabe destacar que a Gabriel no le gusta catalogar lo suyo como “infidelidad” ya que, según dice, esta se da cuando se promete fidelidad y eso es algo que, reconoce, él nunca hizo. 

“Si yo no prometo no soy infiel. Infiel es aquel que promete fidelidad y no lo es. Yo no te estoy prometiendo nada”, aclaró el actor en una reciente entrevista.