Paola Ávila siente que le han arrancado un pedazo de su alma. Su único hijo murió en un accidente de tránsito, y junto a él, dice, se fue una parte de su vida. La mujer de 43 años de edad estaba en la cocina de su casa cuando sus padres llegaron a darle la peor noticia que ha recibido en su vida: la muerte de su hijo, Paúl Mieles.

Él tenía 19 años de edad y falleció en un accidente de tránsito en la vía Manta-Montecristi, cuando conducía una camioneta que se impactó contra un bus de la Cooperativa de Transporte Manabí (CTM). El choque ocurrió el 24 de abril de este año.

Paola cuenta que su padre, René Alvia, le dijo llorando  que Paúl había fallecido.

Y en ese momento ella perdió el conocimiento, entró en una crisis de pánico y terminó aruñando a su madre, María Macías.

“Recibir esa noticia fue tormentoso. Fue un golpe al corazón, porque me lo dijeron sin anestesia. Entré en shock. Lo peor es que más de diez veces sufrí crisis de nervios porque nunca me permitieron ver y abrazar el cadáver de mi hijo. Sólo puede verlo cuando estaba dentro del ataúd”, expresa.

Ella quiso ir al lugar del accidente, pero nadie se lo permitió. Y cuando lo vio dentro del féretro comenzó a gritar: “Este no es mi hijo. No es mi hijo. Paúl está vivo”.

Luego de varios minutos se tranquilizó, vio detenidamente el rostro de Paúl y reconoció que había muerto. Y el día que iban a sepultarlo pidió tocar el cuerpo del joven. De una forma delicada acarició sus mejillas, le dio un beso en la frente y luego lo bendijo.

Paúl fue sepultado y ella se marchó a su hogar, ubicado en la ciudadela La Aurora. En su casa conserva todas las pertenencias de Paúl: su ropa, motocicleta, fotografías, cama, sábanas, perfumes y zapatos.

Todo está intacto, pero nadie duerme en aquella habitación. “Yo aún no tengo valor para dormir en la cama de mi hijo”, dice.

> Sueños. Paúl trabajaba en la funeraria San José, y  le había prometido a su madre construir una casa. Entre sus sueños estaba estudiar Medicina y hacer una especialización en Ciencias de Forenses, para conservar  y reconstruir cadáveres. Otro anhelo era ser bombero.

Paola manifiesta que sólo tuvo a Paúl porque usó el método anticonceptivo la “T” de cobre por nueve años, y cuando quiso volver a quedar embarazada ya no pudo tener más hijos.

“Entonces Paúl se convirtió en mi niño bonito, en mi mano derecha. A él le gustaba que yo saliera a pasear y no me quedara haciendo oficios en la casa. Él me quería mucho. Éramos muy felices hasta que su vida fue arrebatada por un accidente”, expresa.

Actualmente Paola y su esposo, Richard Mieles, buscan cumplir el sueño de su hijo: construir una casa y conservar sus pertenencias.

Algunas amigas le recomiendan que vaya a las iglesias para que supere la muerte de su hijo, pero ella no puede olvidarlo.

“Desde que tuve a Paúl en mi vientre fue mi niño. Siempre lo cuidé, era mi respaldo para seguir adelante. Es tan doloroso perder a un hijo, que nadie puede comprender mi sufrimiento”, expresa.

Ella cuenta que antes iba todos los días al cementerio a visitar la tumba de Paúl, pero ahora acude los fines de semana.

Al llegar al cementerio le reza, luego ingresa a la galería de imágenes de su celular para observar las fotografías de Paúl. Y mientras mira su rostro, le cuesta admitir que ha >Muerto. En ese momento siente que su corazón palpita más fuerte.

Paola afirma que intenta ser fuerte cuando está al frente de la tumba, aunque por dentro su alma sigue destrozada.

Actualmente ella recibe tratamiento psicológico. Lleva seis terapias para enfrentar el duelo.

El psicólogo le ha dicho que algunos padres necesitan hablar con otras personas para superar el duelo, mientras que otros requieren soledad para pensar en silencio. A Paola no le gusta estar sola y enfrenta el duelo en la casa de sus suegros. Siempre está acompañada.

>Fiscalía. Por la muerte de Paúl se abrió una investigación en la Fiscalía de Montecristi.

El proceso se mantiene en etapa de indagación previa, donde todas las diligencias se manejan de forma reservada.

El fiscal Carlos Piedra está al frente de la investigación y evitó pronunciarse porque la ley se lo prohíbe.

Sostuvo que los testimonios y los  informes de los peritajes del accidente no se han hecho públicos hasta que la investigación entre a etapa de instrucción fiscal, donde los familiares pueden acceder a conocer la investigación. Este proceso puede durar hasta dos años.

Entre el 20 y el 30 por ciento de los padres del mundo deciden tener un solo hijo. Las razones: separación de los padres, problemas económicos, esterilidad, trabajo y hasta la prohibición de tener más de un hijo en países como China.