Fue electa diputada en el 2009 bajo el auspicio del movimiento político Frente para la Victoria que en una coalición con el peronismo y partidos de izquierda, llevó al poder a Néstor Kirchner y posteriormente a su viuda Cristina en dos ocasiones.

Nacha Guevara, su nombre artístico que es con el cual todo el mundo la conoce, cuenta que una amiga le dijo “este (por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina) no es un lugar para librepensadores”. La respuesta de Guevara a este comentario fue: “esto se terminó” y renunció. Y en una entrevista reciente, acaba de decir que los políticos andan por otras rutas diferentes a las del servicio. Que “muchos o casi todos - hablaba de los políticos de su país - no han pasado la prueba del poder” 

La prueba del poder, cuando se lo tiene, es el servicio a ultranza a los demás, sin excusas, sin dobleces. No es la oportunidad para que los políticos piensen que por el hecho de haber sido elegidos por el voto popular tienen el derecho a transformarse en emperadores que pueden disponer del presente y futuro de la gente a su antojo y mirar a sus electores “desde arriba”, como si ellos estuvieran en la cima y los demás en el llano, cuando es exactamente lo contrario.

Llegar al poder tampoco es la ocasión para crear, como se ve ahora en muchos países, Ecuador incluido, una inmensa burocracia que después no hay cómo sostenerla y eliminarla es un problema descomunal, además de azote de los presupuestos. Y de ninguna manera es la ocasión de la vida para generar ingresos extras. Es exactamente lo opuesto. Al país es que hay convertirlo en sociedad que pueda gozar de los beneficios de la civilización creando condiciones para que los ciudadanos inviertan y creen empleo y bienestar

Estas son las pruebas que tienen que pasar los políticos. A esto, creo yo, se refería Nacha Guevara A la gente, después de todo, se las conoce cuando tienen poder o dinero o ambas.