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Mariasol Pons
Motivación y visión

Martes 10 Diciembre 2019 | 04:00

Me licencié en Ciencias Sociales y Política en la Universidad Espíritu Santo en el año 2000. Éramos pocos estudiantes en aquel entonces y recuerdo a mis compañeros de la Facultad de Derecho con particular cariño. Tuve profesores especialmente formidables como el Dr. Carlos Estarellas Merino y el Dr. Reynaldo Huerta; las leyes estaban escritas, y hoy sé que se cambian con más facilidad de la que quisiéramos, pero esas mentes lograban transportarnos a un espacio de análisis, de contraste, de debate, de principios éticos que daban base a todos esos preceptos que estudiábamos en el aula como fondo de la razón y de la necesidad de contribuir al orden público, así como, al orden en la interrelación de los individuos. 

La visión de la educación siempre fue práctica, en el pénsum incluían materias de negocios y de derecho anglosajón. Han pasado casi veinte años y la UEES ya no es pequeña, tiene 10.000 estudiantes y 35 carreras de grado. Sus instalaciones reflejan la visión de crecimiento que tiene, así como su aporte a la sociedad, no solo en formar profesionales, sino en ser un lugar de promulgación de ideas, de principios y de espacio continuo de foros donde participan personajes importantes de la vida pública. Este año la universidad celebra 25 años de haber sido fundada y no es cosa menor. La universidad cumple con excelencia no solo su tarea de formar sino de inspirar.
La semana pasada estuve en la ceremonia de celebración de aniversario de la universidad, pues tuvieron la generosidad de nombrarme Huella UEES 2019, y tuve la gratificante experiencia de escuchar la visión de la universidad hacia el futuro; más crecimiento con calidad, en fiel cumplimiento de su máxima: “Non progredi…regredi est”.
En la última década y pico nuestro país se acostumbró demasiado a escuchar malas noticias, la frustración en el manejo de fondos públicos, la corrupción desde el gobierno, el decaimiento de la educación pública y la falsedad en el fortalecimiento de la educación en general. El modelo estatal se convirtió en un set de trabas y de adoctrinamiento. Hay universidades privadas que lucharon -y siguen haciéndolo- contra ese modelo contracorriente. El caso UEES es un magnífico ejemplo, pues son un modelo de aprovechamiento de oportunidades, de orientación a logros concretos y con gran visión; un modelo que inspira y que vale la pena resaltar.
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