Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas indica que 111 de cada 1.000 mujeres ecuatorianas de entre 15 y 19 años han estado embarazadas.

Según el INEC, en el año 2018 nacieron 2.089 hijos de madres que tenían edades de entre 10 y 14 años, y 53.940 niños de mujeres de entre 15 y 19 años. Manabí, en ambos casos, sobrepasa las tasas promedio.

El embarazo en adolescentes supone un grave riesgo para la salud, tanto del feto como de la madre. Los médicos suelen indicar que a esa edad, el cuerpo todavía no está fisiológicamente preparado para la gestación.

A esto se suman otros problemas. La maternidad es una causa frecuente de deserción estudiantil, pues lleva a las jóvenes madres a descuidar su propia formación para dedicarse a la crianza del bebé e, incluso, a la atención a la pareja.

Muchos de estos casos se derivan de abuso sexual, lo que complica más la problemática social.

El Estado debería desarrollar un proceso de concienciación que involucre a toda la sociedad, incluyendo las familias, los docentes y los mismos adolescentes. El problema no es solamente de las adolescentes embarazadas, sino de todo su entorno social.