Si bien es cierto el Municipio viene impulsando por cuarta ocasión este proceso “democrático” que ha despertado el interés de los ciudadanos y activistas comunitarios, proceso que ha dejado sinsabores, pero sin perder las esperanzas que vayan mejorando las cosas. La disposición del Sr. Alcalde es garantizar una verdadera participación, sin embargo al caer la organización en los mandos medios, los mecanismos o instrumentos democráticos dentro del proceso de elecciones de los consejos barriales se ve viciado de irregularidades.

Es el caso de la actualización del padrón electoral, las hojas de registro no cuentan con ninguna medida de seguridad (código de barra), la digitalización se la hace a puerta cerrada, sin tener la posibilidad de contar con delegados de cada lista para auscultar un registro transparente, así mismo no hay un centro de cómputo con custodia. Estos antecedentes causan una enorme incertidumbre en los participantes, considerando las denuncias graves en los anteriores procesos, mermando la imagen positiva del Alcalde, que ha realizado un importante cambio en la ciudad. 

Al caer este proceso en la responsabilidad de mandos medios con claros intereses políticos, se ve vulnerado el derecho de los ciudadanos de tener un sistema participación ciudadana independiente y  transparente.

Es público el favoritismo a los adherentes del movimiento político Camino, en tanto el deseo de la ciudadanía de empoderarse y contar con un sistema de participación ciudadana transparente y democrática digno de resaltar como parte de los cambios que ha realizado el Alcalde se ve disuelto.

Con pena y tristeza se percibe una incertidumbre generalizada de parte de los ciudadanos que no son afines al movimiento Camino y cercanos a los empleados de la Dirección de Participación Ciudadana y Poder Popular; a pesar de ser profesionales con experiencia en  el servicio comunitario con ganas de sacar adelante a nuestra ciudad.

Señor Alcalde, acudo a esta columna pluralista, seria y democrática, porque el Consejo Cantonal Electoral está parcializado al servicio de los círculos de poder que rodean su gestión.