Les pedían que se acercaran al hospital Verdi Cevallos Balda y verificaran un presunto delito sexual contra la niña. 

Los uniformados solicitaron a una médico legista de la Fiscalía, quien junto a los médicos del hospital verificaron que la menor no había sufrido abuso sexual, pero sí tenía huellas de golpes en el rostro y asfixia por ahogamiento. 

En la casa de salud estaba la madre de la pequeña y también su padrastro, quienes fueron investigados por separado por agentes de la Dinapen.

La madre dijo a los uniformados que la niña se había caído de una mesa, mientras que el padrastro aseguró que se había caído de una moto. 

Después, volvieron a dar otras versiones. 

Esto generó dudas en los agentes policiales, que contactaron al fiscal de turno, quien ordenó la detención de ambas personas.  

Debido al delicado estado de salud de la niña, los médicos del hospital Verdi Cevallos Balda decidieron transferirla a la unidad de cuidados intensivos de una clínica particular de Portoviejo, donde permanece