La mayoría quiere arreglar su vida. 

Buscan dinero fácil, pedir coimas, inventarse una compra para pedir un porcentaje al proveedor, ofrecerles trabajo a otras personas a cambio de dinero, generar necesidades en su departamento para dirigir la compra a empresas creadas por ellos mismos o sus amigos.

Lamentablemente así va la función pública en Ecuador.

Es en todos los niveles. El dinero de los ciudadanos lo gastan sin pena.

No les interesa, no es de ellos.

Lo que buscan, insisto, es servirse, no servir.

No se conforman ya con ganar 2 mil y 3 mil dólares. Quieren más.

La corrupción está por todas partes. 

Los corruptos tratan siempre de contagiar a otros. Es su forma de seguir robando sin que nadie les diga nada, pues, si la otra persona también cae en la corrupción, no podrá criticarlos, ya que si roban juntos se saben los secretos y todo “va bien”.