Como Barrio Chino se conoció a un tramo de la calle Colón de Portoviejo, donde se establecieron algunos inmigrantes chinos a comienzos del siglo XX para dedicarse al comercio, como los Amén, Wong, Ajoy y Linzán. Recordados también por la importación y lanzamiento de vistosos fuegos pirotécnicos en ciertas festividades. De sus casas patrimoniales en el centro histórico no queda ninguna pues fueron asoladas por el fuego y el terremoto
La antigua y pequeña calle Colón, llamada así desde 1884, comienza en la Morales y se extiende tres cuadras hasta la Chile, fue aglutinante del comercio variopinto de antaño. Paralela al río Portoviejo, desde tiempos remotos hasta 1927 permitió la llegada de balsas con productos agrícolas traídos aguas abajo desde Santa Ana y Olmedo, y desembarcados en el llamado puerto Colón.
En el sector floreció el comercio de la ciudad y disponía del mercado municipal que se incendió en 1925.
Al igual que los asiáticos, se asentaron tradicionales familias que confraternizaron el vecindario y el diario vivir con ejemplar armonía, cuyas descendencias continúan aportando a la comunidad.
La calle sigue concentrando la fe cristiana al compartir con la Bolívar el templo de la Virgen de la Merced, patrona de los portovejenses.
Donde queda el actual palacio municipal estaba hasta los 60 el pequeño y nostálgico mercado de la Placita. Recuérdase locales comerciales como el Crosley, ubicado frente al viejo cuartel de la Policía, donde, se cuenta, dio una serenata el auténtico trío Los Panchos. Al inicio de la Ricaurte, estuvo por muchos años la sede de la popular radioemisora Costa Azul.
Con el tiempo, en este sitio el cauce del río se desvió permitiendo adecuarse un gran centro privado para presentaciones artísticas que amenizaban bailes en las fiestas de Portoviejo , complejo que dejó de operar a causa de las continuas inundaciones. En el mismo lugar ahora está el moderno y extenso parque Las Vegas.
Muchos cambios han transformado el céntrico barrio, pero no el cariño que le guardan sus antiguos moradores, quienes llegaron de distintos lugares del país y del exterior para reencontrarse y departir bajo el lema “somos el fruto de la semilla de amistad sembrada hace muchos años“.