La capital manabita es la primera ciudad ecuatoriana en ingresar en este listado, que reconoce los logros en algunos aspectos de la cultura popular, en este caso, el de la gastronomía.

El trabajo de promotores culturales, historiadores, chefs y otros actores sociales, que se dedicaron a la búsqueda de recetas e información de la gastronomía de Manabí, bajo el impulso de las autoridades locales, ha dado el resultado esperado. Como paso previo, el año pasado el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural escogió la morcilla, la chicha y el viche como parte del patrimonio cultural inmaterial del país.

Se suman eventos como las ferias gastronómicas y la capacitación de personas que trabajan en restaurantes y sitios turísticos.

Portoviejo merece esta distinción, no solamente por el trabajo hecho; lo amerita por lo acendrado de sus tradiciones y por su innegable identidad montuvia. Este logro debe reflejar a todo Manabí.

El reconocimiento tiene que servir para atraer al turismo, pero también para fortalecer la riqueza cultural y la soberanía alimentaria.

Se debe ir más allá, plantear nuevas metas para mantener el sitial y mejorar el nivel de los servicios, con créditos convenientes y capacitación internacional. Así, la gastronomía puede convertirse en un conglomerado de servicios eficiente que genere riqueza y distinga a la ciudad.