La nueva proyección es casi dos puntos inferior al crecimiento alcanzado por el país en el 2018, según cálculos del FMI, cifra que coincide con lo arrojado por el Banco Central del Ecuador (BCE).

No obstante, para el segundo trimestre del 2019 el BCE indicó un crecimiento de 0,3 %, una décima menos que en el primer trimestre.

El informe del Fondo Monetario Internacional también calcula una tasa de desempleo del 4,3% para este año y del 4,7% para el 2020, lo que mantiene intactas las cifras reflejadas en el balance anterior y suponen una elevación con respecto al 2018, cuando fue de 3,7%.

Las previsiones del FMI muestran una ligera mejoría en la economía, aunque muestran cifras inferiores a la caída del PIB a 1,5% en el 2016, uno de sus peores años de la última década, debido a los bajos precios del petróleo y el devastador terremoto que asoló Manabí y Esmeraldas.

Los datos no tienen en cuenta el impacto que pueda tener este año los once días de paralización por las protestas que desató el alza decretada por el Gobierno en el precio de los combustibles, ahora revertida, y que ha supuesto una pérdida de consumo considerable.

Las protestas estuvieron alentadas desde el movimiento indígena y desde sindicatos y grupos sociales de izquierdas y sólo terminaron después de que el presidente Lenín Moreno derogara el decreto que subía el precio de los combustibles.

La economista jefe del FMI, Gita Gopinath, aplaudió ayer que las autoridades ecuatorianas consideren “a todas las comunidades” para emitir reformas macroeconómicas y lamentó los fallecidos que dejó la ola de protestas.

De su lado, Andrés Briones, secretario del Gabinete Económico y Productivo del Gobierno, descarta que este año termine con una recesión. Asegura que la economía está bien encaminada y hay que trabajar en ciertos aspectos, como pulir el gasto público y reducir el déficit fiscal.