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Santo Domingo
Sabiduría de los ponés

Las nuevas enfermedades que han aparecido obligan a los ponés, de la nacionalidad Tsáchila, a actualizar sus conocimientos.

Miércoles 16 Octubre 2019 | 04:00

 Quienes practican la medicina ancestral señalan que ahora hay un sinnúmero de patologías que no existían en la época de sus antepasados.

La mayoría de ‘colorados’ adultos recuerda que medio siglo atrás lo más común eran los dolores de cabeza y de huesos, los cólicos estomacales, el mal aire y el espanto, afecciones que fueron tratadas a través de sudoraciones. “Antes no había doctores, y nuestros ancestros curaban con vegetales”, dijo  Jerónimo Calazacón, habitante de la comuna Peripa, según un reporte de la web lahora.com.ec.
Él practica la medicina ancestral desde hace 35 años, y recuerda que su tío Daniel Calazacón fue su guía. 
“La tuberculosis era una de las enfermedades más crónicas. Ahora hay otras más complejas como el cáncer; cuando el paciente nos consulta, tratamos de ayudarlo con medicamentos que se los da por etapa, pero, si vemos que no hay nada que hacer, se lo decimos para no engañarlo”, contó.
 
Innovaciones. El cáncer y la diabetes son patologías que aumentan diariamente en la sociedad, y son mayoritariamente atendidas con la medicina científica, pero no en todos los casos se obtienen resultados positivos.
El deseo de no dejarse desplazar por la medicina occidental y la confianza en el poder curativo de la vegetación ha servido de inspiración para que varios ponés (curanderos) apliquen experimentos y encuentren, a decir de ellos, la cura para estas enfermedades.  
El macerado de la culebra “X” es la alternativa que presentan para el cáncer. Flavio Calazacón, tsáchila que habita en la comuna El Poste, explicó que el proceso de fermentación debe durar como mínimo dos años para que se obtengan resultados positivos. 
El tsáchila indicó que el primer paso es capturar y matar a una serpiente de tamaño grande. Posteriormente, se corta 20 centímetros de rabo y cabeza, se le saca el cuero y, después de limpiarla, se la pone en reposo en un suelo que no esté muy seco. El procedimiento continúa con la colocación del cuerpo de la culebra en un frasco de vidrio, lleno con trago artesanal (puro). Este envase será enterrado por un tiempo no menor a dos años para que alcance el estado de fermentación: “Si lo sacan antes, no va a dar resultados. Al paciente se le recomienda una copita diaria durante nueve días; después, hace una pausa y retoma el novenario”, dijo el experto.
 
Puputapé. Para los miembros de la nacionalidad Tsáchila, el puputapé es el medicamento ideal para contrarrestar enfermedades como la diabetes y el colesterol alto. 
Consiste en un preparado a base de plantas ancestrales, pero indican que la clave del éxito es que la persona se tome el zumo: “Es ahí donde se concentra la mayoría de vitaminas”, expresó el poné.
Diana Aguavil, gobernadora de la nacionalidad Tsáchila, dijo que están organizándose con los ponés que practican la medicina ancestral para evitar que personas ajenas a la etnia usurpen esta identidad con la intención de lucrarse económicamente. 
Además, recordó que también se está vinculando a este proceso a las mujeres ‘coloradas’ que son parteras y sobadoras.
“Vamos a entregar una credencial a los ‘ponés tsachi’, para que certifiquen que son personas que saben de la materia y que verdaderamente se dedican a la medicina ancestral”, detalló el gobernador de los tsáchilas.
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