El psicólogo clínico José Mendoza asegura que es muy difícil de identificar el perfil del niño que ejerce el bullying, ya que no necesariamente es violento o agresivo. Además, indica que la gran mayoría de las víctimas optan por la ley del silencio, lo que dificulta a los padres y profesores determinar al agresor. 

“Por lo general, los acosadores no son personas aisladas, forman parte de un grupo popular en una jerarquía superior en la cual ellos creen estar en la cima”, explica Mendoza.

 

 Habla con tu hijo. Si los padres han recibido varias llamadas de la escuela comunicando que su hijo está ejerciendo violencia en las aulas, lo primero que se debe hacer es preguntar el porqué de su actitud e imponer un castigo, asegura el especialista.  

“Esta es la primera medida que se debe tomar, ya que sólo hablando no entenderán la gravedad de sus actos. A diferencia de un castigo que los obligaría a cambiar su actitud”, expresa el psicólogo. Luego de ello, los padres deben hacer que el menor “empatice con la víctima”. Es decir, que el niño acosador debe ponerse en el lugar  del afectado, para que comprenda su sufrimiento y lo que las burlas generan. 

Cabe destacar que detrás de un acosador puede haber un trastorno. Por eso es importante que los docentes brinden ayuda al niño violento, para determinar si está siendo víctima de algún tipo de maltrato en casa o si su pensamiento pro bullying es influenciado por algún familiar.