Hace poco fue noticia nacional que para 300 empleos temporales  que  ofrecía una constructora en Quito, se presentaron 5.000 postulantes. En este contexto entonces, la inversión, genuina generadora de empleo, es imprescindible. Pero en el caso de la refinería,  aclaro e insisto, nosotros, los manabitas, deberíamos contestar preguntas como estas: ¿Cuántos empleos se crearán en Manta, Montecristi y sus alrededores? ¿Cuánto ingreso dejará esta actividad a los gobiernos municipales de la zona? ¿Cuánto dinero se reciclará en Manabí con ocasión de la operación y mantenimiento de una refinería?  ¿ocasionará daño al medio ambiente? En Esmeraldas, la Alcaldesa, respecto a la refinería,  ha dicho:  “Son 42 años de afectación, de recibir tóxicos, día a día”.... “Los niños vomitan, las enfermedades, el cáncer, la leucemia, los trabajadores, la propia ciudadanía está enferma”.... “Pedimos compensaciones y remediaciones acorde con el daño al ambiente y la salud del pueblo.” 

Así las cosas, como que deviene lógico que el  gobierno provincial y los gobiernos municipales, concentren  sus esfuerzos, utilicen el poder de convocatoria, que de suyo lo tienen, para que se invierta en industrias que creen riqueza colateral. Si se industrializa el tomate, por ejemplo, se crea empleo agrícola en la zona y en la industria, se recicla el dinero en la comunidad y en ambas actividades se  puede utilizar la más avanzada tecnología disponible. Es decir que actividades como estas serían las apropiadas, por ahora,  tal cual es el atún, en Manta, por citar un caso.  ¡Cuantas plazas de trabajo genera!  En fin, emplear a la gente, debe ser la prioridad uno de cualquier gobierno.