Iván Maldonado, dirigente del gremio de agricultores de Zapotillo, una región fronteriza con Perú, aseguró en una rueda de prensa que la situación de los agricultores de la región es precaria por el contrabando y los bajos precios de la cebolla nacional.

Los campesinos de Zapotillo "estamos vendiendo la cebolla a 7 dólares (el saco de 100 libras), un dólar menos del costo de producción", remarcó Maldonado tras señalar que desde hace más de un año esperan una decisión del Ministerio de Agricultura para mejorar la situación.

Añadió que el Gobierno, pese a haberlo ofrecido, no ha puesto aún en aplicación un sistema de control de cupos de producción y precios, lo que "ha permitido que siga ingresando la cebolla peruana de contrabando" y que ese producto se "legalice" en Ecuador con la presentación irregular de facturas que se emiten en otras zonas agrícolas ecuatorianas.

Esto "genera un perjuicio para los agricultores", pero también para el Estado por la merma en el pago de impuestos, además de una "fuga de capitales", agregó Maldonado.

De su lado, el dirigente del Centro Agrícola de Zapotillo, Luis Tabara, hizo un reclamo al Ministerio de Agricultura para que emita el "nuevo reglamento para el comercio de cebolla".

El dirigente demandó una próxima reunión con autoridades el Ministerio de Agricultura para revisar la situación y dar seguimiento a las conversaciones mantenidas en meses pasados.

Además, responsabilizó al Servicio de Aduanas y las Fuerzas Armadas por lo que consideró como débiles sistemas de vigilancia en las zonas de frontera.

Según estudios de la organización campesina, el contrabando de cebolla desde Perú supera los 40.000 quintales durante la época de alta cosecha, a mediado de año, lo que equivale a un 60 por ciento de la demanda nacional.

En Zapotillo, una zona agrícola en la que se producen unos 500.000 quintales de cebollas al año, por cada dólar que se resta al valor de producción de la hortaliza se pierden unos 3 millones de dólares. EFE