La manifestación, convocada por la Fuerza Sindical, segunda mayor central obrera de Brasil, reunió este lunes a decenas de dirigentes sindicales en las puertas de la industria metalúrgica MWM, un fabricante multinacional de motores de automóviles que tiene su planta en la zona sur de Sao Paulo, la mayor ciudad del país.
Los dirigentes de la Fuerza Sindical, junto con compañeros del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Paulo, lanzaron duros ataques a la política ambiental de Bolsonaro y distribuyeron panfletos sobre el asunto entre los 1.200 empleados de la multinacional en el momento en que acudían al primer turno de trabajo en la fábrica.
En el acto fueron enumeradas varias acciones en que el Gobierno de Bolsonaro se ha mostrado "omiso" frente al crecimiento de los incendios forestales en la Amazonía y que han contribuido para el agravamiento de la situación.
A diferencia de las tradicionales manifestaciones sindicales, en el acto no fue presentada ninguna reivindicación laboral y tan sólo se discutió la importancia del medioambiente hasta para los negocios y la necesidad de que el mundo fabrique vehículos menos contaminantes.
"El desarrollo es necesario pero tiene que ser promovido con extremo respeto a la vida, a la naturaleza, a los pueblos de la selva y a las poblaciones locales", aseguró el presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Paulo, Miguel Torres.
El dirigente sindical afirmó que la protesta de los metalúrgicos se suma a las que vienen realizando los brasileños desde el pasado jueves para protestar contra la "irresponsabilidad del Gobierno" en materia ambiental.
Junto con las manifestaciones en varios países, en su mayoría frente a la sede de la respectiva embajada brasileña, en al menos diez ciudades de Brasil fueron registradas protestas el pasado viernes contra los incendios y la omisión del Gobierno de Bolsonaro.
La presión internacional finalmente obligó a Bolsonaro a reaccionar y a anunciar el viernes su intención de combatir los delitos forestales y su decisión de movilizar a las Fuerzas Armadas en el combate a los focos de fuego.
"La protección de la selva es nuestro deber. Estamos conscientes de eso y actuando para combatir la deforestación ilegal y cualquier otra amenaza que coloque la Amazonía en riesgo", dijo el líder ultraderechista el viernes en un pronunciamiento en televisión.
"Somos un Gobierno de tolerancia cero con la criminalidad y no es diferente en el área ambiental", agregó.
Según datos divulgados esta semana por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), la región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71.497 incendios forestales detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83 % superior al del mismo período de 2018.
Tras la decisión del gobernante, parte de los cerca de 44.000 militares con los que dispone Brasil en el vasto territorio amazónico comenzaron a desplegarse el sábado para reforzar el combate a las llamas y la fiscalización de delitos ambientales. EFE