Actualizado hace: 931 días 10 horas 48 minutos
Diego C. Delgado Jara
Lecciones de Argentina

El proceso electoral argentino, donde el conteo de las papeletas es una forma de verificación básica, ha señalado un dilema sin salida para su pueblo. El binomio peronista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner ha obtenido el 47%, y el de Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto, de la derecha abierta en el poder, con el 32%. Cada opción es peor que la otra.

Lunes 26 Agosto 2019 | 04:00

Es increíble el engaño de la supuesta y falsa corriente “progresista”, llamada así para someter y subordinar a la izquierda y centro izquierda de dirección sumisa. Los Kirchner (Néstor y Cristina), Lula, Dilma, Ollanta Humala, Rafael Correa, Maduro, bajo esa cobertura ideológica de falso “progresismo” entregaron el patrimonio social y nacional de sus países a las grandes multinacionales. 
Las llamadas “fuerzas progresistas”, se han constituido (en forma planificada y concertada) en la careta de la nueva derecha, y que han sido consentidas que lleguen al poder pero para constituir serviles instrumentos de las corporaciones extranjeras, a las que han transferido los recursos naturales más valiosos y servicios públicos más rentables. Luego del desgaste de la vieja y corrompida vieja partidocracia de América Latina, se presentaron como la “alternativa”. En los hechos se transformaron en el continuismo del entreguismo antinacional, con disfraces nuevos, y en los jefes de campaña de la derecha tradicional para que retorne a reinstalarse en el poder sin sobresaltos y hasta aceptación social.
¿Qué hace la “izquierda” y “centro izquierda” argentina atrás de los Kirchner? ¿Qué hacían en el Perú apoyando al filo fascista “progresista” de Alberto Fujimori, u otro “progresista” como Alan García que eliminó a más de 300 presos en Lima? ¿Cómo en Ecuador a otro fascista “progresista” como Rafael Correa, que se encargó de destruir las organizaciones populares y transferir las riquezas nacionales a manos de las grandes corporaciones extranjeras? Parecería que a este sector le guía la consigna de “la izquierda y la derecha unida jamás será vencida”, y es aplicable ese antiguo grafiti: “Pobre Ecuador, hasta tus comunistas son de derecha”.
¿Cómo puede una sociedad tener opciones alternativas si la dirigencia popular es la encargada de negarse a crear una línea independiente y, sólo busca disciplinar y uncir a sus organizaciones gremiales para que apoyen a las distintas fracciones de los grupos dominantes? ¿Para qué sirve un ejército de tigres si lo dirigen borregos?
 
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