Sin embargo, no todo es felicidad para algunos vendedores.

Lupercio Pincay, comerciante, mostró su malestar al decir que las autoridades no controlan el comercio fuera del centro de abastos. Él está convencido de que aquello perjudica sus ventas y por eso pidió mayor control. 

Algunos ciudadanos coinciden en que el mercado tiene un problema grave. 

En ocasiones los malos olores de las aguas residuales se encierran en el lugar y alejan a los visitantes.

Inversión. Virgilio Briones, gerente de Portomercados, reconoció que la parroquia no cuenta con un sistema hidrosanitario y que por eso han adquirido una planta compacta para tratar dichas aguas.

Indicó que la inversión en esta planta fue de aproximadamente 180 mil dólares. 

Según Briones, será ubicada en los exteriores del mercado, pero para lograrlo deberán expropiar algunos terrenos. 

Dijo que en un mes se empezaría a realizar el montaje de la planta.

Por otra parte, Briones señaló que de acuerdo a cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI), en el 2016 las ventas anuales en Calderón eran de $15 millones.

Con la llegada de Plaza Calderón dice que las ventas subieron a 22 millones de dólares en un año.