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Habitar en san José es vivir con carencias

Los terrenos originalmente fueron propiedad de Grismaldo Pico, quien los lotizó y los fue vendiendo a los primeros vecinos.

Viernes 19 Julio 2019 | 11:00

 Acceder a San José de las Colinas ya no es tan complicado como antes, como cuando recién llegaron los moradores, hace 50 años, y era como irse de excursión a la montaña. Hoy hay algunas vías arregladas, pero estas no llegan hasta las últimas casas, que se elevan, quizás, más allá de lo permitido. Es decir, el progreso se quedó a medio camino y sus habitantes lo tienen bien claro.

Postrada en una cama a causa de una caída, doña Lilia Palacios González, de 82 años, es uno de esos habitantes que tienen presentes las necesidades.
“Las personas que tenían algún problema de discapacidad todas ya fueron reubicadas en el reasentamiento de San Alejo. Ya no queda ninguna, a excepción mía, que no acepté irme de aquí”, contó doña Lilia, quien justificó su decisión porque esto habría significado dar a cambio dos casas y no una, como las otras personas.
Respecto a los servicios, hace hincapié en que algunos de estos han sido obra de la iniciativa propia, como el sistema de aguas servidas y el agua potable, este último del cual ya quieren que se legalice y les instalen medidores.
Asimismo, aspiran a que les cambien el cableado de la energía eléctrica y les coloquen un transformador porque “la luz es mala”.
Sobre la seguridad aseguró no tener problemas, porque “los jóvenes se distraen en la cancha y los fines de semana juegan billa en el local de aquí cerca”
Lo de siempre.  Si bien es cierto algunas calles de acceso han sido atendidas por el municipio, la que lleva hasta la cancha -la de doña Lilia- sigue siendo de tierra y en invierno se convierte en una resbaladera cuyas consecuencias podrían ser hasta fatales.
“La calle 28 de Julio sigue como siempre; no hay manera de que la arreglen”, manifestó la moradora quien, pese a todo, aclaró que en el último invierno no hubo tantos problemas.
Eso representaba un terrible vía crucis para las personas con discapacidad, ya que no siempre los taxis se arriesgaban a subir, no solo por el peligro de algún accidente, sino por temor a ser asaltados, aunque no fuera gente de allí mismo.
Según la moradora, hay una sola cooperativa de taxis que atiende sus demandas a toda hora del día. 
Desde el municipio se dijo que se iban a hacer obras integrales en el sector, pero no se precisaron los detalles.
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