“Los estudios determinarán si la infraestructura se puede utilizar como una terminal de buses urbanos o para implantar un centro comercial”, dijo el funcionario.

Valdiviezo aseguró que por ahora no tienen un cronograma que indique los pasos a seguir luego de que la terminal salga del sector. 

Tampoco se atrevió a decir en qué tiempo se podría dar el desalojo de la infraestructura.

Al consultarle si el lugar no quedará abandonado para que personas de lo ajeno cometan algún delito, Valdiviezo señaló eso no pasará porque seguirán al pie de la letra lo que el estudio disponga.

La incertidumbre de no saber lo que pasará con el espacio le preocupa a Juan Barberán, quien tiene un negocio de comida en los exteriores de la terminal. Él está convencido de que si la terminal se ubica en una zona lejana, su clientela desaparecerá.

Amarilis Bermello también es comerciante del sector y dice que lo más probable es que la edificación quede abandonada como las hay en el centro de la ciudad. 

Propuestas.  Colombo Arteaga, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Portoviejo, está convencido de que cuando la terminal sea reubicada, dicho espacio debe destinarse para la construcción de un centro comercial que dé paso a los vendedores formales, informales y artesanos. “Los portovejenses no podemos permitir que la infraestructura quede abandonada”, cuestionó.

Los estudios actuales aún no están terminados, pero días atrás el alcalde Agustín Casanova, en entrevista con El Diario, dijo que cerca de 7 hectáreas serían expropiadas si la terminal se llega a construir en la vía a Crucita, frente al parque Forestal.