El país atraviesa una etapa de recesión económica, según los analistas. El Estado mismo tuvo que reducir las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto para este año, de 1,4% a 0,2%. Es decir, según las previsiones, la economía ecuatoriana se mantendrá estancada.

En las calles, la economía se ha convertido en tema de conversación cotidiano, desde la perspectiva de los ciudadanos, que son quienes sufren más directamente los efectos de la crisis.

El IVA es un impuesto productivo. El año pasado se recaudaron en el país 6.737 millones de dólares por este concepto, y la cifra presentó un crecimiento del 6,7 por ciento respecto del 2017.

El Gobierno tiene la obligación de buscar vías de salida a la crisis, pero las medidas que pretenda aplicar deben analizarse con detenimiento. Un aumento de la carga tributaria, sobre todo si hay un incremento del IVA, según declaró el Vicepresidente de la República, puede ser contraproducente al incidir en los precios de producción y, en consecuencia, en los valores que debe cancelar el consumidor cada vez que compra un bien o paga por un servicio. Y un efecto inmediato de esto será un aumento general de precios que afectará la economía familiar.