Aunque un poco tarde, Ecuador ha formulado esta petición. El extremismo ideológico del anterior gobierno mantuvo al país al margen de todo lo que significara libre comercio y, por el contrario, se integró a grupos como la Alba y Unasur, que con el tiempo perdieron fuerza.

La Alianza del Pacífico es la octava potencia económica y la octava potencia exportadora del mundo. Con respecto a América Latina, reúne el 37 por ciento del Producto Interno Bruto, concentra el 52 por ciento del comercio total y atrae el 45 por ciento de la inversión extranjera directa.

Un acuerdo comercial como la Alianza del Pacífico abre al país hacia la competencia por mejores mercados. Es un desafío enorme, que a su vez implica retos como el de mejoramiento de la calidad, la inversión en áreas como la tecnología y la investigación, la reforma de leyes para incentivar el ingreso de capitales, por citar algunos ejemplos.

Ecuador debe demostrar que su producción tiene tanta calidad como la de otros países. Una cosa es producir para el mercado interno y otra competir en el exterior, y hay varios casos exitosos en el ámbito nacional.

El Gobierno tiene la gran responsabilidad de preparar al país para este desafío que, sin dudas, representará un espaldarazo hacia el mejoramiento productivo, la integración comercial y la diversificación de las exportaciones.