Los afiliados del IESS suelen quejarse de la falta de fármacos para el tratamiento de sus enfermedades, lo cual vulnera los derechos a la salud y al bienestar, a más de afectar la economía familiar, pues el seguro de salud se financia con las aportaciones de los usuarios.

No se trata de medicamentos únicos y costosos; en ocasiones, ni siquiera hay medicinas básicas ni las que se prescriben para el tratamiento de enfermedades frecuentes como hipertensión o la diabetes.

Todo esto, pese a que las autoridades han asegurado recientemente que existe un 80 por ciento de abastecimiento en los hospitales.

En los últimos días se ha denunciado el sobreprecio en la compra de medicinas por valores que superan el mil por ciento, es decir, diez veces más que el precio normal. Si bien esto estaría ocurriendo en hospitales de Guayaquil, sería necesario que la investigación se extendiera a otras partes del país. Y no solamente que se analice la compra sino también la existencia de medicina en las farmacias, porque ese es otro problema que afecta a los afiliados.

De comprobarse que hay irregularidades, la justicia debe imperar para que no se siga jugando con la salud de los ciudadanos.