Indicó que el objetivo de la asociación es que la apicultura crezca, pues Manabí es potencia en producción de miel, incluso gente de la Sierra llega a explotar la floración, y localmente no se lo está haciendo por falta de conocimientos.

Técnicas. “Tenemos que ver fuentes de vitaminas y alimentar con jarabes proteínicos, multivitamínicos, para estimular la postura y se tengan reservas de miel en las colmenas, alimentamos con una composición de azúcar blanca natural para que no se pierda la colmena”, precisó.

Cedeño dijo que dependiendo de la floración, una colmena puede producir entre 20 y 30 litros de miel, sobre todo si hay árboles de guachapelí, que tienen buena floración. 

“La inversión en caja está en cerca de los 70 dólares, incluido los marcos, la cera. Nos estamos capacitando en la extensión de la Universidad Técnica de Manabí, en Chone. Estamos aprendiendo experiencias en el campo y en la práctica, 

mas no en lo teórico”, destacó.

Miguel Bravo, otro apicultor, dijo que la actividad es rentable siempre y cuando se la haga de manera técnica, aunque lamentó la poca ayuda del Gobierno a este sector, ya que no hay créditos ni financiamientos a esta actividad.

 En peligro. Agregó que  la agricultura y la apicultura van de la mano, aunque sostiene que las abejas están en peligro de extinción por la deforestación y fumigación de manera indiscriminada que se está haciendo.

El apicultor Raúl Mendoza señaló que en Chone están tratando de sacar una miel con marca para luego distribuirla a nivel nacional. Primero están aprendiendo métodos que permitan aumentar más la producción sin perder la calidad. “Estamos criando abejas africanas o como le llamamos a la criolla; estamos buscando genéticas más dóciles. En lo posterior, a la ciudadanía pedimos que cuide estos insectos”, dijo.