Es una buena señal de que su traslado al hospital Verdi Cevallos, hace exactamente un mes, fue una decisión correcta.
Desde la cama 4 de la habitación 4, la profesora hace un repaso de lo que, hasta el momento, ha vivido en el centro hospitalario y solo tiene palabras de agradecimiento para todos, desde los médicos hasta las enfermeras. Incluso para los familiares de quienes comparten la habitación con ella, quienes se han dado tiempo para ayudarla cuando lo ha necesitado.
“Todo lo que me ha pasado aquí ha sido bueno. Estoy agradecida con todo el personal”, dice María Esther.
El reciente jueves le hicieron una endoscopía y, aunque no le han dado aún los resultados, ella espera con fe que todo salga bien, pues es parte de un proceso que debe culminar con dos operaciones: un bypass gástrico -para estabilizar su peso- y una operación en la rodilla izquierda, la cual tiene inutilizada 8 años.
“Todavía no se ha fijado una fecha para la operación, hay que seguir esperando”, comenta la paciente, quien llegó con un peso de 370 libras y ha perdido 20 gracias a una dieta estricta. “Desde que estoy aquí cero arroz y nada de sal. El arroz lo compenso con una papa, de allí pollo, ensaladas; el desayuno es una galleta, clara de huevo y un vasito de agua aromática o colada de harina de plátano. De tarde, pollo o pescado”, cuenta.
Terapias. La licenciada Rosanna Gómez, encargada de la sala de Cirugía de Mujeres, indicó que “se le está haciendo un seguimiento para recuperar su estado nutricional; se le acaba de hacer una endoscopía para ver si después se le puede hacer otro tipo de intervención. Por el momento se encuentra sometida a terapias físicas, nutricional y respiratoria”.