Los manabitas, cansados de tanta desidia, abandono, despreocupación y quemeimportismo de las autoridades, en años anteriores tomaron la decisión de llamar a una consulta popular para preguntarle al pueblo si estaba de acuerdo con la autonomía de la provincia, teniendo como resultado más del 90% de la población a favor de la autonomía.

Pareciera que hubiéramos retorcido 200 años, remontándonos hacia época de la colonia, donde Pizarro, Pacheco, Almagro, entre otros conquistadores, querían tomar todo a la fuerza. Momentos casi iguales estamos viviendo en Portoviejo en pleno siglo 21, al estilo de conquista moderna, donde autoridades manabitas incompetentes e incapaces no dicen nada, solo por cuidar un simple puesto o llegar a acuerdos políticos con el gobierno de manejar instituciones públicas. Se vende a nuestra Patria chica llamada Manabí, por la desidia y codicia de politiqueros y un pueblo que no reacciona.

Pero cuidado les sale el tiro por la culata a estos conquistadores de quinta. Aquí está un pueblo aguerrido y luchador como Portoviejo, que no se dejará arrebatar ni avasallar de nadie, peor de algún político corrupto ambicioso que lo único que quiere es tener poder. Siempre estaremos atentos, listos para defenderla y si es posible hasta ofrendaremos nuestras vidas por ella.

¿Cómo va a ser posible que nuestras instituciones se la estén llevando a otros cantones? No tengo nada en contra de ellos, pero a la capital de los manabitas se la respeta. Absolutamente nadie está en contra de ningún cantón; las matrices de las instituciones públicas deben estar en Portoviejo por su capitalidad, como lo mandan la Constitución y las leyes. Estamos de acuerdo en que se debe desconcentrar y descentralizar las instituciones, ubicándolas en diferentes ciudades de la provincia como puntos estratégicos, favoreciendo a nuestros hermanos manabitas, pero las oficinas principales deben estar en la capital.

Hay intereses creados de propios manabitas y poder político nacional que conspiran, confabulan para desmembrar y seguir cercenando las instituciones, y de esta forma debilitarla como capital, porque Portoviejo siempre ha sido una piedra en el zapato para cualquier Gobierno de turno, por sus constantes reclamos por obras de envergadura para Manabí. 

Portoviejo no solo pelea para él sino para todos los 22 cantones, manteniendo la unidad y la armonía entre los manabitas.

Hay algunas instituciones que han quedado como simples oficinas e inclusive manejadas desde Guayaquil por vía telefónica. Es preocupante e invito al pueblo a organizarnos y estar pendiente de lo que pase en Portoviejo.