Ella es la propietaria de un departamento, o lo que queda de él, en el primer piso de uno de los dos edificios de la manzana D17 de Los Tamarindos, que fueron abandonados tras el terremoto y que se han convertido en un problema de inseguridad para los moradores del sector.  La situación es similar en los bloques desocupados de Los Olivos.

Carvajal dijo que “si tienen que ser demolidos es mejor que lo hagan”, pues no hay que esperar que pase algo para recién reaccionar. 

A Carvajal le robaron todo, “se llevaron hasta las puertas y ventanas, sólo me dejaron con una mano adelante y otra atrás”, indicó. Si fuera el caso recuperarlo, necesita al menos 15.000 dólares, dijo. 

Sus vecinos Dolores Rivera, Belfor Alarcón, Ramón Macías y Judith Alcívar también insistieron para que se selle con ladrillos al menos los dos primeros pisos, “para evitar que los delincuentes sigan  ingresando”.

Alarcón dijo que la prioridad eran las viviendas, pero se prefirió hacer otras obras y ellos siguen esperando. “Nos prometieron de todo, nos hicieron sacar papeles como 50 veces y no tenemos dinero para nada más”, indicó.

 

Cierre. El Gobernador de Manabí, Xavier Santos, dijo el viernes que “hay algunos edificios que hemos decidido cerrarlos totalmente hasta que se decida demolerlos, porque ya definitivamente no prestan condiciones los que están totalmente desocupados”.

Indicó que se ha conformado una comisión que revise, por temas de seguridad, el cierre de los bloques.  

Santos, que hace dos semanas visitó los bloques, ofreció “a más tardar la próxima (esta) semana cerrarlos definitivamente, hasta que se decida qué hacer con el espacio”. 

Los moradores dijeron que el lunes llegaron funcionarios a hacer la medición. Ellos esperan que la medida no tarde.