Crece en fe, en esperanza, nuestra ciudad, la segunda en el país en adherirse al movimiento libertario de octubre.

Cuna de grandes hombres, en su mejor momento Jipijapa fue durante décadas Sultana del Café, productora, comercializadora y exportadora de esta riqueza natural. Hemos sido dotados por la madre naturaleza de generosos recursos, y con todo a nuestro favor, caímos en un abismo como un agujero negro en lo infinito del universo sideral.

Transcurrió mucho tiempo perdido, sin brújula, sin norte, pero aquí me permito parafrasear un refrán popular: “no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista”.

Hoy, luego de varios días de haberse iniciado una nueva etapa  en nuestra ciudad, la etapa que todos los que la amamos hemos soñado, hemos anhelado; la etapa del crecimiento, del resurgimiento,  de verla  señorial,  como  por historia se merece, y porque de esto estamos seguros y convencidos de que así será, pues está garantizado con la nueva administración municipal a cargo del flamante alcalde, doctor Luis Alberto Gencón Cedeño, un soñador, visionario y luchador, que conoce de los graves problemas que padece nuestra ciudad y que, por su supuesto, sabe cómo resolverlos.

Quiero agregar de lo que me he podido percatar en los diversos sectores, barrios, lugares que he transitado. El tema del día que se comenta es muy similar a los episodios de esas telenovelas que mantienen al público expectante de lo que ocurre en ellas, es sobre lo que la ciudadanía espera del nuevo burgomaestre y su cuerpo edilicio. En más de una ocasión he sido partícipe de estas “mesas de diálogo” con amigos, familiares, vecinos, y en las mismas me ha tocado asumir el rol de coaching, disertador o como se lo quiera conceptuar, indicando o sugiriendo las diversas razones por las que tenemos que estar seguros, convencidos, de que esta es la gran oportunidad que durante mucho tiempo hemos esperado para que se haga realidad el tan anhelado desarrollo para nuestra ciudad.

Porque me precio de conocer al actual alcalde, doctor Luis Gencón Cedeño, desde tiempos pasados, y de ser ante todo su amigo, como tal conozco su manera de ser, pensar y actuar, definiendo en pocas palabras un hombre dotado de gran personalidad; aparte de ser talentoso, muy pero muy solidario. Es decir, el líder que Jipijapa aspiraba para que se reescriba la historia y ubique a nuestra amada ciudad en lo más alto, en el pódium de los ganadores.

Por todo lo señalado en esta columna, pido a mi pueblo soberano que confiemos, que mantengamos intacta la esperanza, que estemos convencidos que el nuevo alcalde de nuestra ciudad y todo su equipo de concejales y colaboradores satisfacerán la enorme expectativa que han generado, y harán resurgir a Jipijapa de las cenizas como el Ave Fénix. Con ello nos elevarán la autoestima y el orgullo de sentirnos auténticamente jipijapenses.