Carrera. Su aventura en la actuación inició cuando era un niño. 

Apenas sabía leer y escribir cuando debutó en la pieza teatral ‘Entre todos sí se puede’, montada por la Secretaría de Educación Pública de México. 

“Faltaba un conejo, me pusieron orejas y rabo y empecé sin darme cuenta”, contó en una entrevista a diario El Clarín de Argentina. 

Continuó con una publicidad de pan, y la telenovela ‘El abuelo y yo’, donde compartía elenco con los pequeños Gael García Bernal y Diego Luna. 

El protagónico infantil en ‘Ángeles sin paraíso’ le auguraba una gran carrera en su país natal, pero por asuntos de sus padres debió migrar hasta Argentina. 

“Yo quería ser futbolista. A los 14 casi entro a Los Pumas, pero surgió ‘Chiquititas’. Era mediocampista, pero me probé de 9”, contó el hincha de Boca Juniors. 

Lo siguiente fue el fenómeno internacional ‘Rebelde Way’ y el grupo musical ‘Erreway’. 

Pese a todo ese éxito, nunca se cegó por la fama y eso tiene una explicación, desde su perspectiva.

“Primero, creo que la contención, los núcleos afectivos, la familia, son fundamentales para cualquier chico que empieza a trabajar. Porque es un lugar donde, por naturaleza, no debería estar ningún chico trabajando. Requiere ciertas disciplinas y horarios que son ajenos al desarrollo natural de un niño. Por lo tanto, estar bien acompañado de quien respete esas cosas, ayuda mucho”, comentó. 

A Felipe la actuación le ha dejado más cosas buenas que malas. “Es una profesión maravillosa, te da muchísimo, aprendes mucho de ti, y es lógico que te enamore desde chico. El tema es que la exposición puede ser desequilibrante, puede nublarte el parámetro de lo real, los afectos, las metas. Los afectos que lo pongan a uno a tierra dan una visión más clara”, afirmó.

Actualmente hace cine y teatro.