Señaló que en aquella época era común ver en las calles a personas desconocidas buscando algo de valor para llevárselo.

Es así como una noche, tres individuos ingresaron a una escuela particular para robarse todo. Indicó que dentro del plantel educativo habían tres personas, pues allí vivían sus propietarios.

Rafael dijo que ellos fueron amarrados por los ladrones para que no dieran aviso a los vecinos de que una vez más la delincuencia hacía de las suyas.

Ayuda. Mientras los antisociales se entretuvieron con los objetos de valor, una de las personas amarradas alcanzó a activar la sirena para que los vecinos acudieran en su auxilio.

En ese momento los tres ladrones se dieron a la fuga y empezaron a caminar sobre los techos de las viviendas que hay en la zona.

El populacho, al escuchar el llamado de auxilio, salió enardecido a las calles y empezó la persecución.

Mientras los antisociales trataron de huir, la ciudadanía, con palos y armas en mano, buscaban la manera de atraparlos.

Fue ahí cuando una bala perdida impactó en el cuerpo de uno de los delincuentes, dejándolo sin vida de forma inmediata.

Rafael dijo que desde aquella noche la delincuencia desapareció.

Según los vecinos de la zona, los otros dos individuos tuvieron una mejor suerte. 

Uno de ellos fue capturado por la Policía y el otro se dio a la fuga.

El protagonista de esta historia manifestó que esta fue la única manera de detener los robos que acechaban a los vecinos.

Rafael aseguró que del caso nunca más se escuchó algo, tanto así que ni siquiera la familia de la víctima se acercó a la zona en busca del culpable.

Ahora el barrio es una zona tranquila, donde los vecinos pueden pasear tranquilos durante la noche.