El limón es una de las frutas cítricas más importantes que tradicionalmente consume nuestra población. Sus beneficios son reconocidos en la alimentación como parte de la dieta diaria, y en la salud por el aporte de manera natural a la defensas del sistema inmunológico y por combatir las células cancerosas en los seres humanos.
La producción nacional del limón criollo o sutil ocurre durante todos los meses, aunque declina ostensiblemente a mediados de año. La productividad de unas ocho mil hectáreas corresponde a plantaciones con baja y mediana tecnología que se distribuyen principalmente en las provincias de Manabí, Santa Elena, Guayas y El Oro.
Su comercialización sigue siendo precaria, pues nada pasó en los diez años del pregonado cambio de la matriz productiva. La fruta, de los centros de acopio, se transporta a Guayaquil, Quito y otras ciudades para su consumo en fresco. Este sistema se ha mantenido con aceptables réditos para los citricultores, lo que supuestamente estimuló el incremento de las áreas de cultivo, provocando una mayor oferta que terminó incidiendo negativamente en el precio en los últimos tres años, agravado por el ingreso de limón de contrabando especialmente de Perú.
Precisamente en el noroccidente peruano, con condiciones climáticas muy parecidas a las nuestras, hay unas 12.000 hectáreas del mismo tipo de limón, pero con mejor tecnología, que les permite mayores rendimientos y con ello abastecen de la fruta al consumo interno. A diferencia de Ecuador, disponen de empresas agroindustriales que procesan el limón para jugo y concentrados, además con fines de exportación obtienen cáscara deshidratada y aceites esenciales muy cotizados para uso farmacéutico.
Es muy necesario que los limoneros manabitas, que concentran un área de siembra de casi 2.800 hectáreas, cuenten con una planta procesadora que capte la gran oferta que existe en la mayoría del año y con ello estabilizar su economía manteniendo y creando nuevas fuentes de trabajo. Asoproliman es la asociación que ha tenido acercamientos con universidades y los GAD de Portoviejo y provincial en busca de apoyo, pero sin resultados concretos.
La nueva prefectura de Manabí ha ofrecido impulsar la agroindustria para darle valor agregado a la materia prima, por lo que se estima será la oportunidad de hacer realidad esa propuesta realizada en la reciente campaña electoral, en favor de los productores de limón para que no desperdicien la fruta en sus campos por la sobreoferta y los precios bajos. Adicionalmente se evitaría que la gran cantidad de mano de obra utilizada (aproximadamente 60% de los costos de producción) que se emplea en el cultivo de limón, se quede sin trabajo y tenga que migrar de las áreas rurales a las ciudades, como ocurrió con la casi desaparecida caficultura manabita.
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