Actualizado hace: 937 días 7 horas 25 minutos
Semana Santa
Entre la tradición y las ganas de farrear

“La lujuria, el adulterio, siempre son pecado sea o no Semana Santa; pero si hay una relación sexual sincera, ¿qué pecado puede ser?”.

Viernes 19 Abril 2019 | 10:00

Quien se expresa así es Melba Vera, una estudiante universitaria de Chone, de 22 años, para quien las costumbres religiosas que no son bíblicas deben dejarse de lado porque todo va cambiando, “incluso la fe ya no es la misma”.

“No creo que sea un delito comer carne ni mucho menos bañarse por temor a convertirse en pez. Son cosas del pasado que hoy hasta causan risa”, manifiesta Vera, quien se reconoce “católica pasiva”.
Sandra Loor, de 25 años, se une a los tiempos y cuenta que, hasta que estuvo bajo la tutela de sus padres en el campo, obedeció al apego de esas tradiciones.
“Creo que es cuestión del entorno en el que tú te crías; si eres católico y tus padres lo son, les obedeces, pero más por tradición que por convencimiento. Sabemos que muchas de estas cosas no están en la Biblia, sino que son parte de las costumbres antiguas”, dice.
Loor tiene previsto ir a la playa este fin de semana y comer toda la carne que pueda, “y si es parrillada mejor, porque ya no creo en esas cosas”, menciona.
 
La otra cara. En la casa de Angélica Viteri (65 años), un gran crucifijo y un retrato de San Antonio de Padua le dan al ambiente un tono de misticismo acorde con estos días.
Doña Angélica se dice “devota de Dios, la Virgen, los ángeles, los siete arcángeles” y, consecuente con ello, muy católica.
“Durante la Semana Santa se cumplían todos y cada uno de los preceptos de la época, como ir a las siete iglesias, acudir a misa y, por supuesto, no comer carne o hacer alguna cosa que contraviniera las tradiciones”, manifiesta Viteri.
Enfatiza que el consumo de la fanesca no era propio de la Costa en esa época, sino el viche de pescado. “La fanesca es un plato originario de la Sierra, que poco a poco se fue adentrando en la Costa, pero en mi época era el viche lo tradicional”, expresa.
Jorge Solórzano, de 58 años, cree que “ahora los muchachos están más preocupados en ir a la playa, en divertirse, porque como su nombre mismo lo dice, es un feriado, lo toman así, cuando en verdad es una época de reflexión”.
“¿Cómo uno iba a dudar de la palabra de sus mayores, de sus abuelos?”, agrega.
 
Habla la iglesia. Roberto Carlos García, párroco de Picoazá, cree que “ciertos conceptos hemos cambiado, hemos mejorado porque la mayoría de la feligresía está aprendiendo lo verdadero de la celebración, que tal vez antes no podíamos entender”.
“Más que dejar de comer carne es ponerle sentido a lo que tú haces en Semana Santa”, indica García.
Andrés Drouet, párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de Manta, opina:
“Hoy en día lo de la carne no tiene mucho sentido. Antiguamente la carne era lo más valioso que había y solo los ricos podían comerla, entonces se les pedía que se privaran de comerla para que la compartieran con los más pobres. El compartir con los pobres es el sentido verdadero del ayuno”, manifiesta Drouet.
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias