“Las víctimas siguen doliendo.
Dicen que el tiempo cura las heridas, pero el terremoto del 16 de abril del 2016 es una herida difícil de sanar. En los sobrevivientes de aquel día todavía persiste el dolor, la necesidad, el sufrimiento. Las víctimas siguen doliendo, el temor revive en cada movimiento. El 16 de abril es un día que no se olvida en los manabitas y esmeraldeños. Las deudas, la falta de casa, de servicios básicos, la incomodidad, el vacío, eso no se cura aún. No se sana porque lamentablemente la asistencia del gobierno no llegó a todos; porque muchos emprendedores, pequeños empresarios, amas de casa, padres, trabajadores, perdieron sus herramientas de trabajo, quedaron endeudados, sin hogar, en la nada, y no recibieron apoyo económico para resurgir.