Actualizado hace: 931 días 19 horas 51 minutos
Oscar Cedeño Falconí
Deuda con Bahía

El presente artículo constituye una denuncia en altavoz para decir a los ecuatorianos que en esta ciudad, Bahía de Caráquez, donde nació la patria, existe una población que está de pie reclamando con dignidad y altivez la atención del Gobierno y de la Secretaría de la Reconstrucción de Manabí y Esmeraldas.

Lunes 15 Abril 2019 | 04:00

Pese a que este 16 de abril se  cumplen tres años  del fatídico terremoto que sumió en el  dolor y pobreza a nuestra provincia, en esta ciudad, una de las más golpeadas por el evento telúrico, se continúa postergando la  contratación y ejecución de obras de infraestructuras básicas, elementales  para la recuperación social, económica, educativa, cultural.
El Gobierno está en deuda con los caraquenses y con la zona norte de Manabí, por lo que exige la construcción de su nuevo hospital Miguel H. Alcívar, cuya ejecución se ha convertido en un libreto trincado donde la mentira, demagogia, quemeimportismo e insensibilidad han predominado en perjuicio de los dolientes que vienen desde diferentes sectores del norte manabita.
Otra de las deudas con esta ciudad es la recuperación de obras educativas. La niñez y  juventud reclaman con justa razón, de manera urgente, la reconstrucción del centenario Colegio Nacional Eloy Alfaro, donde miles de jóvenes se graduaron y dieron su aporte positivo al desarrollo productivo, cultural e intelectual del país. Es de recordar a las autoridades que la educación  es uno de los principales derechos consagrados en nuestra Carta Magna, y la niñez y juventud el bien más preciado.
Igualmente, afirmamos, que pese a ser esta urbe ciudad patrimonial, poco o nada se ha hecho por recuperar el museo arqueológico, cuyo edificio necesita reconstrucción. En el mismo plano  se continúa esperando  la recuperación de medio centenar de viviendas patrimoniales,  identificadas por parte de la correspondiente secretaría de  Estado, marco importante para brindar a los visitantes atractivos que reseñan nuestra identidad precolombina y montubia. 
Sin duda, estas constituyen prueba de la inoperancia de la Secretaría de Reconstrucción, que pese a haber tenido recursos, debido a la Ley de Solidaridad, cercanos a los 3.600 millones de  dólares, no supo priorizar las necesidades de los pueblos y peor cumplir con sus obras básicas  para propender su desarrollo. Toca ahora reclamar en las calles acciones concretas para volver a tener los hospitales, los centros educativos,  museos, auditorios, coliseos y sobre todo seguridad y empleo.
“Pueblo que no reclama sus derechos, quedará en el olvido”. Y no podemos permitirnos que la indolencia burocrática y gubernamental voltee hacia otro lado e ignore esta urbe que tanto ha aportado y aporta al desarrollo nacional. Es hora de despertar con cultura y respeto, sin claudicar los claros intereses de nuestra comunidad.
 
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