Dueño de una farmacia desde hace 62 años, su presencia en la parroquia Picoazá no pasa inadvertida para sus vecinos, quienes, al verlo, sueltan un espontáneo “¿cómo le va, Don Paco?”.

Y es que Don Paco no solo sabe para qué sirven la Analgán o la Klomazol; se trata de un personaje popular que acumula en su haber nada más y nada menos doce mundiales de fútbol, desde el celebrado en México en 1970, hasta el último en Rusia 2018.

“El primer mundial al que fui fue el de México, en el que pude ver a un maravilloso equipo de Brasil, con Pelé y Riveliño”, cuenta. En tanto algunos recuerdos le son infieles. Asegura que vio cómo driblaba Mané Garrincha, pero luego corrige, pues este no jugó en México 1970 sino hasta el de Chile, en el 1962, donde campeonó.

“Seguramente lo he visto en videos, pero para mí es mejor que Pelé”.

> los ahorros. Su itinerario futbolero ha sido posible por una sola razón: ama el fútbol, pero también porque “nunca he fumado, nunca he bebido, no he tenido vicios”.

Esa situación le permitió ahorrar dinero e irse a ver a los mejores del mundo aún en condiciones que no siempre fueron las mejores, pues a veces tuvo que hospedarse en hoteles modestos, que fueran acordes con su bolsillo.

Don Paco cuenta que primero viajaba solo, pero después, a partir del mundial de México 1986 lo acompañó su esposa Delia Molina, de quien conserva una fotografía junto al astro de la selección alemana Rudy Voelle.

“De todos los mundiales que he visto, el que más me sorprendió por la calidad de los equipos fue el de Francia, en 1998”, dice Don Paco, quien tiene en mente viajar al mundial de Qatar dentro de tres años, siempre y cuando sea en un tour que le abarate gastos, aunque de todas maneras él siempre ve la manera de irse. A Brasil 2014, incluso, quiso irse cruzando la selva, pero no lo dejaron.