Es un trabajo de investigación para nuestras autoridades de control del tránsito en el país como la ANT, CTE, Policía Nacional, Fiscalía y todos los organismos que tengan que ver para proteger la vida, que es lo más preciado del ser humano. 

Es un llamado de concientización y no de reproche para dueños de vehículos, presidentes de cooperativas, y a todos los conductores, especialmente a los motorizados que son el sector con mayores accidentes que dejan saldos negativos impresionantes de muertos.

Sin importarles un comino la vida de ellos y de los demás, hacen maniobras increíbles, irrespetando todas las leyes de tránsito. De cada 10 accidentes, 9 son motorizados. Es un récord extraordinario, ni porque les den consejos, charlas, seminarios, talleres de concientización. Les entra por un lado y sale por el otro. Lo dejamos en conciencia de la ciudadanía para quienes manejen un vehículo, para ver si algún día reaccionan en beneficio de ellos y de sus familias.

A veces uno se vuelve impotente ante tanta desdicha y ver cuánta vida humana se pierde en el asfalto y uno sin poder hacer nada. Es como si pasara un terremoto, impotencia absoluta. Es llamado de atención a los que entregan licencias de conducción sin la calificación correspondiente de estudios y prácticas que se deben someter los futuros choferes de este país: mínimo un año de estudio, con profesores de alto nivel y operarios calificados por los Sindicatos de Choferes.

Es hora de ponerle cascabel al gato sin perder más tiempo, sin padrino, ni compra de licencia por izquierda o debajo de la mesa. Estamos en una investigación que pronto tendremos resultados. 

Todos los conductores deben someterse a exámenes rigurosos psicológicos, psicométricos revisados por un médico psiquiatra que valore las pruebas y saber si están en sus cabales o capacitados para conducir un vehículo. Dicen que el dinero lo compra todo, yo te digo que no. A la vida no se la puede comprar ni con toda la plata del mundo, hay un pase bíblico: “cuídate que te cuidaré”. Es una reflexión para los que queremos vivir un poquito más, eso les digo a mis amigos conductores, en especial a los motorizados, por favor respeten la vida y les pregunto en voz alta cuánto vale una vida.