Esto es inaceptable. A los usuarios del sistema les sobran razones para protestar y hasta para pasar a medidas de hecho para presionar a las autoridades a que muevan los papeles que tengan que mover para que la obra vuelva a prestar su servicio.

Las obras deberían comenzar ya, lo más pronto posible. Se trata de un proyecto importante, vital para el desarrollo productivo de buena parte de la zona norte de Manabí y por el que se ha esperado décadas.

Varios líderes manabitas, incluso por parte del virtual prefecto electo, Leonardo Orlando, han mencionado que la contratación tendría problemas legales y que incluso se buscaría tirarla abajo. Se pide la máxima prudencia cuando se analice el caso porque esto podría postergar el funcionamiento del sistema de riego uno o dos años más.

Si algo no fue bien hecho en el proceso de contratación o si la contratista no cumple con lo establecido o si hubo sobreprecio o cualquier otra posible anomalía, ameritaría un procedimiento de auditoría por parte de las autoridades competentes para sancionar como corresponda.

Los usuarios del sistema y la ciudadanía en general deben estar vigilantes de que la obra se haga bien y dentro de los plazos ya establecidos.