Hoy se define el futuro de cada provincia, cantón y parroquia del país con los votos de 13’261.994 ecuatorianos inscritos en el Consejo Nacional Electoral (CNE), luego de una campaña con planteamientos y programas de trabajo serios de unos (as) basados en las competencias contempladas en la Constitución de la República (artículos 272 - 264 – 267) y alucinante, abrumadora, intoxicante, y hasta abusiva de muchitos de los 80.281 aspirantes a las prefecturas, a las alcaldías y concejalías de 221 cantones e ídem de 1.149 parroquias.
Hoy se define el futuro de cada provincia, cantón y parroquia del país con los votos de 13’261.994 ecuatorianos inscritos en el Consejo Nacional Electoral (CNE), luego de una campaña con planteamientos y programas de trabajo serios de unos (as) basados en las competencias contempladas en la Constitución de la República (artículos 272 - 264 – 267) y alucinante, abrumadora, intoxicante, y hasta abusiva de muchitos de los 80.281 aspirantes a las prefecturas, a las alcaldías y concejalías de 221 cantones e ídem de 1.149 parroquias.
Imposible referirme a todas las ofertas de campaña de aquí, de allá y de acullá. Pero (el infaltable), no debo ni quiero pasar por alto ciertos disparates que pretenden engañar al electorado, a sabiendas que son absurdos, no contemplados en la Ley Orgánica de Régimen Municipal, como aquel: “Voy a exonerar durante cuatro años el pago de los impuestos a los predios urbanos”. O este otro: “Ofrezco construir cada año: 2.000 casas (unos), 3.000 (otros), 4.000 los de acá y 10.000 los de allá, para entregar a los más necesitados de manera gratuita”.
Y en el colmo de los colmos, no falta quien ha abierto en la central de su campaña un registro de “emprendedores calificados con derecho a recibir créditos hasta por $ 2.000 a cinco años plazo, sin intereses”. Así como otro mentiroso, emulando al presidente Lenín II: “Vamos a crear 10.000 plazas de empleo por año”. Y los que ofrecen, sin concretar cómo, dónde y con qué plata (¿?): “Más empleo, más turismo, más agua, más carreteras, más salud, más producción agrícola, más exportaciones, menos drogas”.
Impedir este tipo de ofertas electorales de los candidatos por parte del CNE, es misión imposible. Sin embargo, queda un recurso que podría emplearse al momento de registrar las candidaturas: ¡Admitir las candidaturas solo a quienes se sujeten a las competencias constitucionales y legales de cada organismo, llámese presidente de la República, asambleístas, prefectos, alcaldes y concejales. De esta manera se evitaría que los demagogos, farsantes o simplemente ignorantes nos vean la cara de giles a los electores.
Por mi parte, interpretando el sentir de los votantes de la jurisdicción de Manta a la que me pertenezco, aspiro a que el futuro alcalde y concejales busquen y encuentren solución al principal problema que padece mi ciudad-puerto-balneario: la contaminación ambiental emanada de las lagunas de oxidación por falta de un adecuado tratamiento de las aguas residuales, para lo cual tenemos expertos aquí mismo, cholos como yo, que no han sido tomados en cuenta por puro egoísmo.
Y por último, que se deje insubsistente el leonino contrato entregado a dedo a una empresa privada que controla el tránsito con radares, cobra multas por supuestos excesos de velocidad y por la ocupación del parqueo tarifado, cuyo reparto es 60 por ciento para la susodicha empresa y apenas el 40 por ciento para la Municipalidad.
Para tales… será mi voto.
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