Actualizado hace: 936 días 22 horas 14 minutos
Diagnóstico
Un mal usual que es tratable

Aunque es uno de los cuadros más comunes en edades tempranas, las convulsiones febriles merecen atención.

Martes 19 Marzo 2019 | 04:00

 Estas manifestaciones, que pueden deberse a un aumento de la temperatura corporal del niño, tienen un detonante que puede ser tratado.

 
Así lo explican.  La médico pediatra Marcia Alejandra Soledispa Bayot explica  que estos eventos se causan generalmente por infecciones.
“Se presenta en niños con desarrollo normal. Y obviamente causan  preocupación porque los pocos minutos que dura parecen una eternidad. Afortunadamente, suelen ser inofensivas y no indican un problema de salud grave”, expresa Soledispa. 
 
Los síntomas.  Por lo general, un niño que sufre una convulsión febril tiembla de pies a cabeza y pierde el conocimiento. 
A veces, puede ponerse muy rígido o contraerse en solo una parte del cuerpo. 
Existen dos tipos de convulsiones, que a continuación te enseñaremos a identificar.
 
Convulsiones febriles simples. Este tipo más frecuente dura desde unos pocos segundos hasta 15 minutos. Las convulsiones febriles simples no se repiten en un período de 24 horas y no son específicas de una parte del cuerpo.
 
Convulsiones febriles complejas. Este tipo dura más de 15 minutos, ocurre más de una vez en 24 horas o se limita a un lado del cuerpo del infante.
En este mismo tema, la médico general Natalia María Santillán menciona que las convulsiones febriles se producen con mayor frecuencia dentro de las 24 horas posteriores al inicio de la fiebre y pueden ser la primera señal de que el niño se encuentra enfermo.
“Las fiebres que desencadenan las convulsiones febriles se deben generalmente a una infección viral y, en casos menos frecuentes, a una infección bacteriana”, añade la profesional. 
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que los riesgos de padecer convulsiones febriles pueden aumentar después de la aplicación de algunas vacunas infantiles. Estas incluyen la vacuna contra la difteria, el tétano y la tos convulsa, o contra el sarampión, las paperas y la rubéola. 
Un niño puede presentar fiebre baja después de una vacuna. La fiebre, no la vacuna, causa la convulsión.
 
Otros datos. Y antes dichos episodios, lo ideal es la consulta médica, para que sea el pediatra el que recomiende el tratamiento a seguir para enfrentar el cuadro. 
Con regularidad se receta paracetamol para bebés o niños, incluso,  ibuprofeno.
Muchos médicos recomiendan también la aspirina, aunque no es el medicamento ideal para tratar las convulsiones de carácter febril. 
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