Los primeros en llegar fueron los paramédicos del Cuerpo de Bomberos, quienes comprobaron que dos personas que estaban dentro de un taxi habían fallecido. 

Después arribó  el personal de Criminalística de la Policía,  que encontró el taxi aún con el motor encendido, las puertas abiertas  y enseguida empezaron a recoger indicios en la escena del crimen. 

Cada una de las pistas fueron documentadas con un número, en total doce. Los indicios eran casquillos de bala y manchas de sangre. 

El taxi estaba estacionado a un costado de la 303, en un sector oscuro que los vecinos consideran como peligroso. Testigos indicaron que cerca del lugar del crimen había un baile, pero aun así alcanzaron a escuchar varios balazos;  después observaron a un hombre que bajó del taxi y se fue caminando hasta que se  perdió de vista. 

Los vecinos llamaron al ECU-911 y alertaron de la balacera. Dentro del vehículo estaban los cuerpos del taxista Berly Loor, de 46 años, y de Wilson Álava, de 32 años. 

Richard Coellar, jefe de la Policía, descartó que el atentado haya sido motivado por robo, porque dentro del taxi se hallaron documentos de los fallecidos, tres celulares y 10 gramos de una sustancia, supuestamente droga.

Además, tampoco se llevaron el vehículo. También se confirmó que los hombres no tenían ninguna relación familiar entre sí y que posiblemente el conductor del taxi fue contratado para hacer una carrera hasta el lugar. Sin embargo, eso lo van a esclarecer las investigaciones, dijo Coellar. 

Después del procedimiento en el lugar donde ocurrió el doble crimen, los cuerpos fueron subidos en el carro de Medicina Legal y trasladados hasta el Centro Forense para realizarles la autopsia. 

La escena del crimen seguía cercada con una cinta amarilla cuando empezaron a llegar los familiares del taxista. Ellos querían saber cómo estaba,  pero un policía se encargó de darles la mala noticia y prohibirles que se acercaran al vehículo.  

El jefe de la Policía informó que en el sitio se recogieron seis casquillos calibre nueve milímetros, pero por falta de visibilidad la toma de evidencias se realizó ayer en la mañana. 

Coellar adelantó que a uno de los fallecidos, Wilson Álava, lo intentaron matar el año pasado en la ciudadela La Revancha, donde vivía, y que por este atentado hay dos personas detenidas.  “Estamos trabajando para esclarecer estas muertes;  al momento se revisarán las cámaras del taxi y se receptarán versiones de testigos para  saber qué factores  motivaron estas muertes”,  dijo Coellar.  

En la base de datos de la Policía ninguna de las dos personas asesinadas registra antecedentes penales. 

 

Declaración. José Loor, hermano del taxista Berly Loor Vera, indicó que éste trabajaba en la cooperativa Mercado Central. 

La noche del sábado, como siempre, fue a recoger a su hijo al trabajo y lo llevó a casa. Sin embargo, salió a seguir trabajando por un momento más. “Mi hermano no tiene ninguna relación con estas personas. Él ha hecho una carrera y llevó a dos personas y por eso ha muerto inocentemente”,  afirmó Loor. 

Además, indicó que presentarán una denuncia para que la Policía capture  al asesino de su familiar y que su muerte no quede en la impunidad. 

Berly Loor vivía en la ciudadela 20 de Mayo y tenía cinco hijos. 

Hasta ayer sus familiares coordinaban dónde sepultarlo. En cambio, la familia Wilson Álava evitó pronunciarse sobre el atentando.      

En lo que va del 2019 en Manta, Montecristi y Jaramijó han muerto 10 personas de forma violenta.