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Extremos ideológicos
Extremos ideológicos
Por: Edwin Delgado Armijos

Domingo 10 Marzo 2019 | 11:00

Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, los países aliados vencedores procedieron en una especie de repartición a dividir en dos bloques el mundo: este y oeste.

Quienes se quedaron en la parte oeste continuaron con sus actividades, basadas en el libre mercado, en la competencia. Algo que se aplicaba a todos los actos: desde la economía hasta la política.
Mientras que el bloque este, fue tomado por la Rusia comunista, sustentándose en el régimen burocrático, donde la economía del mercado se regía bajo los dictámenes del partido único.
En el caso de Alemania, quedó dividida. Mientras Alemania del Este se unió a los comunistas, en la otra orilla, la República Federal Alemana empezó a desarrollarse en todos los sentidos.
Dicha bifurcación no solo que levantó una gran cortina, sino que marcaría la geopolítica que actualmente se aprecia.
Ya para entonces, había dos sucesos que estaban presentes en la mente de millones de personas en Europa y América: la revolución bolchevique y la aprobación de la Constitución mexicana, ambos eventos acaecidos en 1917 con cambios que, al menos en esa época, permitían notar atisbos de mejoras a las condiciones de vida de millones de personas.
La Revolución Cubana de 1959 sirvió de ejemplo para que la consigna representada en la hoz y el martillo se regara en muchos países de la región, creándose una serie de movimientos sediciosos queriendo imitar a los barbudos: el pueblo al poder a través de las armas. Desde Nicaragua hasta Ecuador se multiplicaron grupos irregulares, autodenominándose insurgentes.
La raíz de todo esto tiene su génesis en los postulados de Carlos Marx y Federico Engels, pensadores prusianos, actual Alemania, quienes en El capital y El origen de la familia la propiedad y el Estado, entre otras muchas obras, dejaron plasmadas sus ideas. Alrededor del mundo fueron tomados como eje transversal filosófico en la enseñanza, algo que aún persiste desde el punto de vista pedagógico.
Sin embargo, también fueron acogidos como sustento para hacer política, pasando a formarse incluso partidos políticos.
Si la fase superior del capitalismo es el imperialismo, al menos así lo escribió Lenin (Vladimir Ilich Uliánov), la fase superior del socialismo es el comunismo, palabra que ha sido eliminada de la Constitución cubana.
Las naciones que lograron desarrollarse después de la Segunda Guerra Mundial no se guiaron por ideologías, el mejor ejemplo, los teutones, quienes solo nombran a sus dos inmortales filósofos como referentes de pensamiento ilustrado, mas no como norte a tomar en torno a la política. Francia y Japón sirven también como ejemplo.
La ideologización es dañina, nociva. Entendamos mejor al capital como semilla para emprender en alguna actividad que genere trabajo y mejore la calidad de vida. Para que haya menos desigualdad e inequidad.
 
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